El mundo moderno ha convertido la experiencia natural de vivir en este planeta (nacer, crecer, reproducirse y morir) en un verdadero reto existencial. Las personas deben aprender, de muchas maneras, a superar los obstáculos y dificultades a los que esa misma sociedad los expone: banalidad, consumismo, adicciones, violencias, pobreza, desigualdad e injusticia social.

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Frases populares, muchas veces pronunciadas por nuestros padres y cuidadores, nos lo recuerda: "La vida es dura”, “aprende a vivir”, “sé alguien en la vida”. Son potentes mensajes que dan a entender que vivir va más allá de respirar.

 

Por lo tanto, vivir, para muchas personas, es sinónimo de estrés, ansiedad, depresión, adicciones, intentos suicidas, abandono, violencia y sufrimiento familiar, entre otras. Muchos experimentan angustia existencial o del alma, por el hecho de no saber quiénes son, para qué nacieron y cuál es su misión en la vida.

 

Su SALUD MENTAL Y EMOCIONAL Y LA DE SU FAMILIA es mi principal objetivo.